El proyecto Traslaciones Sonoras plantea una conexión entre los conceptos de paisaje sonoro y espacio sonoro. A través, de un proceso de investigación de los paisajes sonoros de Valdivia, en paralelo al desarrollo formal de arquitecturas acústicas que los contiene. La conexión planteada entre arquitectura y entorno, se da mediante la traslación de un paisaje sonoro a otro, estableciendo el contexto como fuente sonora y la arquitectura como dispositivo de traslación.
Existe una relación directa entre el evento sonoro percibido y la percepción que tenemos de él. La concordancia entre objeto y percepción nos transporta a una apreciación semántica, donde el evento transmite un significado y los sonidos actúan como significantes (Schaeffer, 1966). Esto es un hecho arraigado en nuestra apreciación sensorial de los acontecimientos, donde vista y oído nos entregan un panorama que es difícil de desligar uno de otro. ¿Qué pasa si desconectamos la alianza visión-audición?
Si aislamos el acontecimiento sonoro de su “acontecer”, el espacio se vuelve indeterminado, el tiempo se traduce en impresiones auditivas y el significado se confunde con la deslocalización de las fuentes sonoras. A partir del dispositivo arquitectónico y los paisajes sonoros trasladados podemos construir esta descontextualización. La idea de trasladar el sonido de un lugar a otro tiene por objetivo conectar dos situaciones sensoriales diferentes, combinando la visión de un espacio con el sonido de otro. De esta manera, es posible revelar paisajes sonoros ocultos o desapercibidos y hacerlos aparecer en espacios céntricos de la ciudad. Esto es posible, por la capacidad que tiene el sonido de transmitir información que el ojo no ve, puede volver visible lo invisible, audible lo que pasamos por alto (Labelle, 2018). El sonido entonces, permite que comunidades y territorios que están fuera de los circuitos hegemónicos se infiltren en la palestra pública, se manifiesten y sean “visibles”.