QUIMEROTROPO

QUIMEROTROPO

—Mathias Klenner, Álvaro Daguer, Jorge Forero e Ignacio Saavedra.

Valparaíso se nos presenta en la imagen pública como diversas ciudades, por un lado tenemos la construcción de una imagen de ciudad patrimonio de la humanidad, que ha visto cambiar el rostro de sus cerros, desplazando a sus habitantes originales por hoteles boutique, lofts y sofisticada gastronomía. Por otro lado, tenemos la visión del Valparaíso en llamas, de sus poblaciones de vivienda informal que entre quebradas han sufrido los estragos de una ciudad no planificada. Pero también está la ciudad histórica, puerto de Chile y Sudamérica, ciudad multicultural, de las artes y la vida universitaria. Todas imágenes superpuestas a modo de palimpsesto, que en su conjunto construyen una visión compleja de la realidad porteña.

CONTEXTO SOCIO-ESPACIAL

En 1968, Henry Lefebvre definió el “derecho a la ciudad” como el derecho de los habitantes urbanos a construir, decidir y crear la ciudad, y hacer de ésta un espacio privilegiado de lucha anticapitalista. Hoy en día, donde el modelo neoliberal promueve la construcción de ciudad en pos de la generación de capital y no para el bienestar de sus habitantes, se vuelve indispensable ejercer el “derecho a la ciudad” como una postura política crítica al modelo.

Citando a la politóloga Chantal Mouffe: la intervención urbana como práctica artística y activista es capaz de traer a la luz posturas políticas alternativas al modelo actual, haciendo visibles discursos generalmente marginados por el modelo neoliberal. Para ello es necesario comprender que toda forma de arte y especialmente las que convergen en el espacio público son políticas y ejercen el “derecho a la ciudad”.

CONTEXTO DISCIPLINAR

Si borramos los límites disciplinares, entre arquitectura, animación y música, es posible pensar en nuevos lenguajes que a partir de diversos canales de comunicación (espacio, sonido e imagen) sean capaces de transmitir mensajes de carácter complejo y diverso.

Oskar Schlemmer, artista y profesor de la Bauhaus, dirigió la obra de danza “Triadisches Ballet” estrenada en 1922 en Stuttgart, que sirvió para promover la cosmogonía de la Bauhaus, en un espectáculo que combinaba el trabajo con el cuerpo, la música y las figuras geométricas aplicadas al vestuario y las escenografías. Décadas más tarde, los arquitectos Iannis Xenakis y Le Corbusier, realizan el pabellón Philips para la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Pabellón de arquitectura moderna que combinaba el trabajo entre arquitectura, imagen y sonido.

Ambos casos combinaban diversas disciplinas artísticas para la construcción de instalaciones y espectáculos multimedia complejos. Tomando esta tradición, el presente proyecto de acción e investigación, intenta generar una reflexión sobre el cruce de lenguajes artísticos.

Intervención Quimerotropo en Ascensor Polanco

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